Reflexiones para tí.

LA NOBLEZA DE JONATÁN

“Saúl y Jonatán, amados y queridos, ni en su vida ni en su muerte estuvieron separados” (2 Samuel 1:23).

Cuando uno repara en la vida del joven Jonatán, tiene que concluir que ese muchacho es de los personajes de mayor nobleza de carácter que registra la Biblia. ¿Por qué lo digo?

Como ya sabrás, Jonatán era el primogénito de Saúl, el primer rey de Israel. Como hijo mayor, Jonatán se crió siendo consciente de que a él le tocaría legítimamente sentarse en el trono de la nación. Y él tenía las cualidades para ser un buen rey. Era un hombre muy valiente, un hábil guerrero y un instrumento por medio del cual Dios obró maravillas en favor del pueblo (ver 1 Samuel 14).

Sin embargo, Jonatán nunca pudo ascender al trono. ¿Hizo algo malo? No. ¿Lo desechó el Señor? No. Simplemente tuvo que sufrir las consecuencias de las torpezas de su padre. El único culpable de que Jonatán no llegara a ser el rey de Israel fue Saúl. Cualquiera que hubiera estado en el lugar de Jonatán, probablemente se habría resentido mucho con Saúl. Sin embargo, no encontramos en las Escrituras ningún indicio de que Jonatán haya abrigado algún rencor contra su padre. Y esto a pesar de que Saúl, su propio padre, lo insultó (1 Samuel 20:30) y lo atacó con una lanza (1 Samuel 20:33). Tan leal fue este jovencito, que lo último que la Biblia dice de él es que murió peleando al lado de su padre (1 Samuel 31:2).

De la experiencia de Jonatán podemos extraer lecciones muy aleccionadoras. Aquí mencionaré dos. En primer lugar, nos guste o no, lo cierto es que corremos el riesgo de sufrir las consecuencias de los actos de nuestros padres. Jonatán lo perdió todo, incluyendo la vida misma, por los desaciertos de Saúl su padre. Como estamos expuestos a triunfar o fracasar por lo que nuestros padres decidan, lo mejor que podemos hacer es orar por ellos; pedirle al Dios del cielo que ilumine sus mentes, de tal manera que las decisiones que tomen sean de bendición para nosotros.

En segundo lugar, un padre nunca deja de ser padre. Hemos de amarlo independientemente de que sus acciones nos hayan lastimado. Jonatán nunca dejó de amar a Saúl; nunca lo irrespetó. Siempre mantuvo un trato amable y deferente hacia su progenitor.

#NoblezadeCarácter
#CeroRencor

Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco.






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